Gobernados por Traquetos

Los Char, Los Cotes y Los Lafaurie


 El Shabbat 



Por Martha Elena Rangel 


Los chapetones hijuemíchicas, como les decía mi pueblo a los españoles, decidieron que para tenernos sometidos, solo nos iban a permitir producir lo estrictamente necesario: Aguardiente, chicha, tabaco y velas. Y así, “sabiamente” nació la industria en nuestro país.

Mientras tanto, al otro lado del charco, las metrópolis que se repartieron este pedazo de tierra: Inglaterra, Francia y España, luchaban incansablemente por saber cuál se quedaba con la parte de la otra, pues al no producir, éramos potenciales consumidores de todas sus mercancías. Es por ello que Inglaterra mandaba a sus famosos bucaneros o piratas que llaman, a atacar los puertos y los galeones españoles, con el fin de asfixiar la muy precaria economía de este imperio.

Nace entonces la economía que denominamos subterránea. Los piratas de día atacan galeones y de noche introducen de contrabando: Ron, galletas, brandy, especies, té, cigarros, telas, etc., a través de las islas de San Andrés y del hoy departamento de la Guajira. Sí señoras y señores, nuestra patria nació en medio de la ilegalidad y como ustedes podrán suponer, no era precisamente los wayuu, los dueños del boyante negocio. Eran los criollos capaces de hablar inglés y arriesgar fortunas en ese intento. Les recuerdo la canción de Rafael Escalona “El almirante Padilla”. Confieso que me fascina, pero eso no le quita que es un lamento porque al Pipe Socarrás le cogieron un cargamento. No importa lo ilegal de la actividad, sino que lo pescaron. Y nosotros felices la bailamos.

Esa cultura que Uribe descaradamente llama de “La ilegalidad” hizo metástasis a la altura de 1970 en adelante, cuando se descubrió que preciso allí en donde reinaba el caos, producíamos la mejor marihuana de la tierra ¡Quién dijo miedo! Nos inundamos de dólares. La región se revolucionó.

  • Antes de cualquier cosa les comento que la marihuana es una mata procedente del sur de Asia y la introdujo por la Guajira los ingleses.
  • Solo en el departamento de la Guajira, se destinaron más de 40.000 hectáreas al cultivo de marimba. Obviamente “se destinaron” quiere decir que expropiaron.
  • Más de 300.000 familias procedentes del César, la Guajira y el Magdalena, se dedicaron al cultivo y la vigilancia de la mercancía. Por un día de trabajo se pagaba $100.000
  • Entusiasmados por la insuperable calidad de nuestra yerba (en sus dos variedades: la “Mona” y la “Red Point”), legiones de norteamericanos habían entrado al país cargados de dólares, comprometiéndose a comprar toda la “marimba” que aquí se cultivase.
  • La economía sucumbió al negocio y a través de la ventanilla siniestra del Banco de la república (Así se le llamaba a la sección de giros en dólares al exterior), se lavaron más de 9.000 millones de dólares.
  • Las muertes y desapariciones no se hicieron esperar. Capos con más de 700 muertos a su haber y Colombia con los brazos amarrados porque al nadar en dólares, los sobornos a la justicia confirmaba la impunidad. (Informe ANIF 1982)

Total, el país se enfrentó a dos posiciones: La de Turbay que permitió la persecución al alcaloide por parte de los Estados Unidos y la instalación de la DEA en el país. Y la otra posición fue la de Ernesto Samper Pizano, en ese entonces jefe de la ANIF que abogaba por la legalización de la marihuana.

Poco a poco se fueron cercando a los mafiosos y la historia ya ustedes la conocen porque es la misma que padecemos con la cocaína. Es necesario anotar que solo terminaron con las mafias marimberas, cuando Estados Unidos comenzó a cultivarla y a legalizarla. Ahí les dejo el dato

Lo que sí hicieron los grandes mafiosos, fue enviar a sus hijos a estudiar al exterior y a través de ellos se hicieron con el poder político. Los invito a leer el libro “Los Jinetes de la Cocaína”  de Fabio Castillo

Les nombro  unos cuantos: Los Cotes, Los Char, Los Millón, Jorge Barco Vargas, hermano de Virgilio Barco Vargas. Este señor también fue director de Aerocivil. Los Dávila, familiares de Alfonso López Michelsen, los Cárdenas de la Guajira y los Valdeblánquez, el entonces líder sindical Víctor Acosta Cárdenas

La familia Abuchaibe, Los Guerra, Los Araujo Rosado, Los DiazGranados (por ahí me suena un abogado), los Daza, Los Deluque, Los Lafaurie. Ilustres todos y los defendemos como Hombres probos, todos a las órdenes del Doctor Uribe ¡Pobre mi Pueblo! ¡Pobre mi platanal! Dan ganas de cantar:”Yo tenía mi cafetal…”

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