Las investigaciones publicadas por la Revista Semana y que al parecer todavía falta información por revelar dejó al descubierto un peligro latente para nuestra democracia. Pues como lo anunció el medio la persecución fue activa, fuerte y sin disimular siquiera.
Las investigaciones publicadas por la Revista Semana y que al parecer todavía falta información por revelar dejó al descubierto un peligro latente para nuestra democracia. Pues como lo anunció el medio la persecución fue activa, fuerte y sin disimular siquiera. No es la primera vez que esto sucede en un país donde las instituciones son de una debilidad asombrosa.
El reportaje que sacó ayer El Espectador mostró claramente el hostigamiento y el peligro que corren los que hacen las investigaciones que dejan al descubierto a los integrantes corruptos de instituciones que manejan la seguridad nacional.
Después de lo que evidenció Semana, su investigación dejó al descubierto que las FF.AA. pueden desplegar todo su poderío para ocultar lo que están haciendo de manera ilegal y peligrosa para la democracia. Las chuzadas sin Cuartel como fue titulado el informe presentado por Semana a la sociedad colombiana deja muchos interrogante, preocupaciones, y una sensación de indefensión cada vez más marcada, para muchos analistas la democracia colombiana está herida de muerte y será un deber de cada ciudadano de defenderla y exigir que el Ejército rinda explicaciones y que las autoridades hagan su trabajo.
Esta operación ilegal de inteligencia se extendió al propio Ejército. Allí los involucrados desataron una persecución implacable contra los militares que no se prestaron para estas y otras actividades ilegales, y por el contrario denunciaron a los corruptos ante la propia institución y entidades de control. Ellos, oficiales honestos, condecorados y con las mejores calificaciones, terminaron fuera del Ejército. Oficiales con procesos penales y disciplinarios de todo tipo, y vínculos non sanctos, ocuparon sus lugares. En este contexto, el nuevo Ministro de Defensa y el recién posesionado comandante del Ejército tienen la delicada misión de hacer una cirugía profunda a una institución que requiere a los más honestos y más capaces para enfrentar los flagelos de seguridad que azotan al país.
Hay un relato que fue noticia nacional y plasma perfectamente lo que se está viviendo en el país donde un alto oficial del se encontraba con uno de los investigadores de Semana y se percató de que había un individuo vigilandolo en una motocicleta mientras él hablaba con el periodista, con la pistola en la mano le tocó salir a encarar al motociclista y lo hizo identificar, a lo que el otro respondió que estaba ahí porque un capitán de contra-inteligencia le había dado la orden.
Todo parece una película de la guerra fría donde agentes de la CIA y la KGB se vigilaban para poder tener control de todo. Hoy la democracia colombiana está en cuidados intensivos con pronostico reservado pues que los impuestos de sus ciudadanos sean usados para vigilar a la oposición, a la prensa y las Cortes.